La ciudad de los muertos vivientes (1980): El terror que se abre desde el infierno
Desde que empecé a sumergirme en el cine de horror más crudo y oscuro, supe que tarde o temprano iba a toparme con Lucio Fulci. Maestro del gore, arquitecto del miedo sobrenatural y responsable de algunas de las imágenes más perturbadoras del cine italiano. La ciudad de los muertos vivientes (Paura nella città dei morti viventi) fue uno de esos encuentros que no se olvidan fácilmente. Aquí les dejo una exploración completa de esta joya de culto que no puede faltar en la colección de cualquier fan del horror extremo.
🎬 Ficha técnica
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Título original: Paura nella città dei morti viventi
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Título en español: La ciudad de los muertos vivientes
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Director: Lucio Fulci
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Guion: Lucio Fulci, Dardano Sacchetti
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Productor: Fabrizio De Angelis
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Música: Fabio Frizzi
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Fotografía: Sergio Salvati
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Efectos especiales: Gino De Rossi
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País: Italia
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Año: 1980
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Duración: 93 minutos
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Idioma: Italiano (doblada al inglés en muchas ediciones)
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Género: Terror sobrenatural / Gore / Zombies
👥 Reparto principal
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Christopher George como Peter Bell
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Catriona MacColl como Mary Woodhouse
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Carlo De Mejo como Gerry
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Antonella Interlenghi como Emily Robbins
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Giovanni Lombardo Radice como Bob
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Fabrizio Jovine como Padre Thomas
🧟 Reseña personal
La ciudad de los muertos vivientes abre literalmente con la muerte. Un cura se suicida colgándose en un cementerio en el pueblo de Dunwich, y con ese acto, desata una maldición que abre las puertas del infierno. Sí, así de directo y apocalíptico.
A partir de ahí, la película nos sumerge en una atmósfera donde la lógica desaparece, y lo que reina es la sensación de pesadilla constante. Fulci no busca explicaciones ni un desarrollo clásico: lo suyo es el impacto visual, el miedo puro y visceral. Hay escenas que no se te borran jamás: una mujer vomitando sus propios intestinos, un tipo con un taladro atravesándole la cabeza, y muertos que se levantan con gusanos reales en el rostro.
La narrativa puede parecer confusa (y lo es, por momentos), pero eso no importa cuando lo que estás viendo es tan brutal y onírico. Fulci apuesta por el horror como experiencia sensorial, y lo logra. Hay momentos en los que uno siente que está atrapado dentro de un mal sueño que no tiene final.
🎞️ Producción y estilo Fulci
La película fue rodada entre Estados Unidos (en Savannah, Georgia, y Nueva York) e Italia, combinando ese aire americano rural con la estética italiana sucia, oscura y húmeda que caracteriza al giallo tardío y al horror setentero de su país.
Lucio Fulci venía de dirigir Zombi 2 (1979), su gran éxito de zombies, y aquí quiso ir un paso más allá, dándole a sus muertos un origen místico, casi lovecraftiano. De hecho, el pueblo maldito se llama Dunwich, en clara referencia a The Dunwich Horror de H.P. Lovecraft.
Los efectos especiales son brutales para la época, gracias al trabajo del legendario Gino De Rossi, responsable de algunos de los momentos más sangrientos del cine italiano.
🎵 La música: Fabio Frizzi y el toque final
La banda sonora es una de las joyas más siniestras del film. Fabio Frizzi, colaborador habitual de Fulci, entrega una mezcla de sintetizadores y órgano eclesiástico que refuerzan esa atmósfera de pesadilla y muerte. Hay pasajes que recuerdan a Goblin, pero con un sello más tétrico y menos progresivo. Frizzi logra convertir cada escena en un descenso sonoro al infierno.
❗ Curiosidades macabras
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El personaje de Mary es interpretado por Catriona MacColl, una de las musas de Fulci, quien repetiría en El más allá y La casa junto al cementerio.
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La escena del taladro fue filmada con un soporte especial para el actor, lo que permitió que la perforación se viera increíblemente real sin utilizar CGI (que obviamente no existía).
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El actor Giovanni Lombardo Radice confesó que odiaba su personaje y su muerte, por lo gráfica que era, pero hoy es uno de los momentos más recordados de su carrera.
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Fulci escribió el guion junto a Dardano Sacchetti en apenas unas semanas, con la premisa de “abrir las puertas del infierno” como eje central.
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La película fue censurada en varios países. En Inglaterra fue parte de la famosa lista de “Video Nasties” durante los 80, lo que la convirtió en objeto de culto.
🎤 Cierre
La ciudad de los muertos vivientes no es solo una película de terror. Es una experiencia, un descenso sin frenos a la mente perturbada de Fulci, donde la lógica no importa y el miedo es el único lenguaje. No apta para corazones sensibles, pero absolutamente imprescindible para cualquier fan del horror más salvaje y atmosférico.
Si aún no la has visto, prepárate. Esta ciudad no es como las demás... aquí, la muerte camina entre nosotros.
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