🎬 Lucio Fulci – El Dios Pagano del Cine de Horror
Ficha técnica
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Nombre completo: Lucio Fulci
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Fecha de nacimiento: 17 de junio de 1927, Roma, Italia
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Fecha de fallecimiento: 13 de marzo de 1996, Roma, Italia
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Profesión: Director, guionista, productor
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Años activo: 1959 – 1991
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Géneros trabajados: Terror, giallo, western, comedia, drama
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Obras clave: Zombie 2 (1979), La ciudad de los muertos vivientes (1980), El más allá (1981), La casa cerca del cementerio (1981), El destripador de Nueva York (1982)
🩸 Fulci: El director que hizo sangrar la pantalla
Lucio Fulci no fue solo un director de películas de horror. Fue un artesano de la imagen enferma, un poeta visual de lo macabro. Pocos cineastas han logrado, como él, transformar el terror en experiencia sensorial. Y aunque su nombre se asocia principalmente al gore más brutal del cine italiano, su carrera fue tan ecléctica como intensa.
Comenzó dirigiendo comedias y westerns, pero lo suyo era claramente otra cosa. En los 70 se desató con el giallo, y en los 80 alcanzó su apogeo con obras que no se parecen a nada: mundos donde la muerte es una presencia física, constante y aplastante. Ver una peli de Fulci es como entrar en un sueño sucio del que no podés escapar.
🔥 De comedias a cementerios
Fulci pasó por todos los géneros. Su flexibilidad como director es asombrosa. Dirigió spaghetti westerns como Los cuatro del Apocalipsis, sátiras religiosas como Beatrice Cenci, y hasta pelis musicales. Pero cuando se metió de lleno en el terror, el cine cambió para siempre.
Su etapa más icónica comenzó con Zombie 2 (1979), una respuesta visceral al éxito de Dawn of the Dead. A partir de ahí, Fulci entró en su era dorada, con películas cargadas de sangre, atmósfera enferma, y una lógica onírica que descoloca. No buscaba asustar: buscaba perturbarte.
💀 Su estilo: horror sin reglas
El cine de Fulci se reconoce al instante:
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Primeros planos incómodos
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Efectos especiales viscerales y creativos
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Música hipnótica (en colaboración con Fabio Frizzi)
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Temáticas de muerte, religión, enfermedad y desesperanza
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Personajes atrapados en mundos donde la lógica no importa
Más que contar historias, Fulci invocaba estados de ánimo, imágenes que se te clavan en la retina y no se van. El cine comercial lo rechazó muchas veces, pero los fans sabíamos que ahí había algo real.
🧟 La ciudad de los muertos vivientes: ritual de muerte
Esta película fue un rito de paso. En ella, Fulci llevó la narrativa a un plano casi simbólico. No hay lógica, pero hay maldad pura. Un sacerdote se suicida y abre las puertas del infierno en Salem. Lo que sigue es vómito de vísceras, lluvia de gusanos, sangre por montones... Fulci en estado puro.
🧠 ¿Por qué Fulci importa tanto?
Porque sus películas no son para cualquiera. No complacen. No explican. Te arrastran. Porque Fulci no tuvo miedo de mostrarnos el lado más podrido de la existencia. Y porque en cada uno de sus encuadres hay honestidad brutal.
En el mundo del horror, Fulci es religión.
🎥 Filmografía completa como director
Años 1950
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I ladri (1959)
Años 1960
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Gli imbroglioni (1963)
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I maniaci (1964)
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002 Operazione Luna (1965)
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Come svaligiammo la Banca d’Italia (1966)
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I due evasi di Sing Sing (1964)
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I due pericoli pubblici (1964)
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La donna del lago (1965, codirigida)
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Le colt cantarono la morte e fu... tempo di massacro (1966)
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Colpo di stato (1969)
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Una sull'altra (1969)
Años 1970
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Beatrice Cenci (1969, estrenada en 1971)
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Una lucertola con la pelle di donna (1971)
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Non si sevizia un paperino (1972)
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Sette note in nero (1977)
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Zombi 2 (1979)
Años 1980
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Paura nella città dei morti viventi (1980)
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L'aldilà (1981)
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Quella villa accanto al cimitero (1981)
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Lo squartatore di New York (1982)
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Manhattan Baby (1982)
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Murderock - Uccide a passo di danza (1984)
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La guerra del ferro: Ironmaster (1983)
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Conquest (1983)
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Aenigma (1987)
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Zombi 3 (1988, codirigida)
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Il fantasma di Sodoma (1988)
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Demonia (1989)
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Un gatto nel cervello (1990)
Años 1990
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Door to Silence (1991)
✍️ Reflexión final (como fan y redactor)
Fulci fue un director marcado por su obsesión con la muerte, la decadencia y lo sobrenatural. Y aunque en vida no siempre fue reconocido, hoy lo tenemos donde merece estar: en el altar mayor del cine de horror extremo. Su nombre es sinónimo de una forma de ver el cine que ya no existe. Más que películas, nos dejó visiones. Visiones que aún duelen, aún fascinan.
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